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Me siento afortunada haciendo lo que hago, una suertuda por conocer a la gente que voy conociendo, compartiendo con tantas parejas los mejores momentos de sus vidas, y tengo mucha suerte de poder dedicarme a esto de fotografiar felicidad… Ser fotógrafa de bodas no es sólo apretar el botón de la cámara, es más bien vivir historias, compartir grandes momentos, reir, sentir inténsamente…

Luz y Camilo es una de esas parejas a las que no hace falta decirles nada mientras les haces fotos, ellos por sí solos son amor, es de esas parejas que no dejan de quererse en cada momento, con sus miradas, sus risas, sus gestos… Y todo eso se refleja en sus fotos. Contaron con la participación de su mascota Darwin, un modelo sin duda excepcional que se portó fabulosamente bien durante la sesión, le encantaba hacerse fotos y no perdía de vista la cámara.

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